Mendoza, 21 de Mayo del 2009
Hasta las Prostitutas
(Lic. Solano Mosquez, economista)
Hace unos días, estuve en una charla, acerca de la administración y la gestión pública. Casi al final de la jornada, la profesora dijo, “no entendía porque las políticas tenían que ser estables, por ejemplo Chile, que para mucho es un ejemplo, tiene políticas estables y según la profesora tiene un esquema de redistribución, que es uno de los más perversos”. Uno de los asistententes, replico “aquí en Mendoza, tenemos reglas, las consideramos políticas de estado y esté el político que esté, sabemos que no se toca, tal es el caso de algunas políticas vinculadas a la vitivinicultura y no nos ha ido mal”.
Como no puedo con mi genio, me levanto y digo “me parece muy desatinado de su parte, cuestionar la estabilidad de la política económica, en consecuencia, las políticas de estado”. La respuesta fue “lo que sucede, es que usted, es un antidemocrático, la gente vota, elige, y el elegido, tiene que gobernar, si considera que lo tiene que cambiar, es su obligación cambiarlo”. Bueno, vamos a charlar un poco, acerca de las reglas. Existe en economía una lucha interesante, entre las reglas y la discreción. Todo en economía tiene costos, así cuando uno elige plantear reglas, seguramente tiene como costo, ignorar las diferencias, veamos, yo digo, toda las mujeres son iguales, son unas p…,en consecuencia, las ignoro, sin embargo cuando pasa el tiempo, entre todas las iguales, tomamos una, que nos quita el sueño, cuando nos preguntan, ¿Por qué la elegiste? Respondemos, ella es diferente. Paradojas de la vida.
Las instituciones, no siempre son leyes escritas, por ejemplo, la palabra es una institución, esa no es una ley escrita, hay personas que la honran, aun con la última gota de sangre, y logran que uno los respete por eso. Construyen una reputación, lo que es admirado por los terceros, sociedad. Soy un convencido de que al mundo lo rigen las reglas, y estoy aun, más convencido, que economías como la nuestra, tienen que tener reglas, y cada día me convenzo más. Miremos nuestro entorno, ningún joven con 2 dedos de frente, llevaría una prostituta a casa, y eso no esta escrito en ningún lado. Se que soy egoísta, en lo extremo, por lo tanto entiendo que todos buscamos algo, la pregunta es ¿qué? Todos absolutamente todos, sabemos lo que no estamos dispuestos a negociar, y justamente, esa es la partida de una negociación.
Usted dice que soy antidemocrático, para mi la democracia es una institución, por lo tanto no se discute, no se cuestiona y bajo ningún concepto estoy dispuesto a negociarla. Quiero, acepto y pago, por el derecho a elegir. Usted que es democrática, cuestiona la política de distribución de nuestro país vecino, allí en el cual jamás he estado, no conozco su idiosincrasia, pero voy a partir de su premisa, de mala política distributiva, y le voy a dar la razón. Los palos de la política económica de Chile se plantaron con Hernán Biggi, en la época de Pinochet, en ese momento Chile dijo, esto, aquello y eso, no se negocia. Hasta el día de la fecha, cayo el gobierno militar, hubo un par de elecciones, distintos signos políticos, y sabe, esto, aquello y eso, siguen sin negociarse. Quienes somos nosotros para cuestionar su política de distribución, en todo caso habrá que hacer un estudio, plantear que tan eficaz ha sido la política de distribución, y si no ha sido eficaz, les tocara hacer propuestas. Pero le recuerdo, que su modelo, también rinde examen en las urnas, sea democrática y respete a los chilenos, que ejercieron su derecho, de elegir.
Cuando yo nací, Chile tenia el peso chileno, nosotros teníamos el peso argentino, el peso ley, después los australes, después los australes con un sello que decía cuanto valía, y que no coincidía con su valor impreso, después los pesos que valían un dólar, después tuve que tener 3 pesos para encontrar un dólar, y ahora necesito de 3,72$ para encontrarme con un dólar, no sin antes haber pasado por los Lecor, Lecops, Patacones, Petrones, etc. Pero no solo esto, desde la política cambiaria, pasamos por un tipo de cambio libre, al tipo de cambio libre con algunos controles, luego a la tablita cambiaria, luego al tipo de cambio fijo, después al tipo de cambio libre, con controles. Después se preguntan, por que los chilenos, los brasileros, no piensan en verde. ¿Por qué será? Digo, no será porque nosotros tratamos a una institución, como la moneda, como si fuera una ramera, digo, no será que estamos negociando con aquello que no se debe negociar.
Porque se negocia eso, que no se debe negociar, es que aletea una mariposa y salimos a comprar dólares, o como me paso, el cajero del banco me dijo, mira que tengo los EUROS caros, y le respondí, no importa, dámelo igual, con este gobierno 5$ todavía es barato. Hablemos de la palabra, otra institución, mi abuelo confió en la palabra de un banquero, según mi madre lo vio llegar a casa con la cabeza mirando abajo, porque alguien le negó sus ahorros. Era allá en diciembre teníamos que pagar la cosecha de ajo, vi llegar a la finca a mi padre, entraba con la cabeza mirando abajo, como si fuera un vil ladrón, pero no, solo había cometido la estupidez de confiar sus ahorros en el sistema financiero argentino, en criollo, en los bancos, por eso soy un economista, que no tiene cuenta bancaria, en la argentina. Porque mi familia confió en su palabra, y le robaron como a muchos argentinos, por eso tenemos un sistema financiero, divorciado del sector productivo. Porque no hay confianza, porque han tratado a su palabra, como si fuera una prostituta, han negociado con lo que se puede negociar, pero no se debe hacerlo.
Hablemos de la democracia, hace ya varios meses, me dijeron que debía optar, por quedarme en la jubilación privada o estatal. Como un economista, debe hacerlo, me senté hacer números, llegue a la conclusión que me conviene quedarme donde estoy, en lo privado, al igual que la mayoría de los argentinos, aunque no se si todos hicieron los números. Después vino alguien, el gobierno, que cree que si esta allí es para hacer lo que se le da la gana, nos metieron a todos en una bolsa, y dijo, todos a la jubilación publica. Digo, dentro de mi ignorancia, para que me preguntaron, la mayoría elegimos quedarnos, y no nos respetaron. El gobierno llega al poder no para hacer lo que quiere, llega para perseguir un solo objetivo, el bien común, el bienestar general o como quiera llamarlo, pero no llega para hacer lo que se le da la gana, cuando se olvida de eso, el mismo pueblo que lo puso allí, levantándose temprano para formar una fila, y depositar su voto. Le recuerda, esta vez, ya no en paz, sino con gotas de sangre, con cacerolas en la mano, donde esta la puerta, donde esta el techo y sería una sabia decisión, tomar el helicóptero.
Cuando era estudiante, tenía un compañero, con el cual hacíamos extensos debates a cerca de la regla y la discreción. Él estaba convencido de la discreción, de que las personas decidían, en ese momento, según la oportunidad, y yo le decía, que las personas deciden según la oportunidad, pero todos saben lo que no van a negociar. Un día, me dijo, voy hacer una prueba empírica, acerca de las decisiones, para ello voy a ir al bajo mundo menduco, donde todo se compra. Voy a tomar una prostituta y le voy hacer todo lo que dice este libro, y más, con eso te habré demostrado, que todo en tu economía tiene un precio. Reconozco que soy un mal perdedor, y me preocupaba el resultado, pero jamás se me había ocurrido hacer una aplicación en el mercado de la oferta sexual.
Así mi compañero, partió a su investigación. Luego me comento este resultado, recorrí tal calle, me acerque a un grupo de mujeres, les dije quiero esto, eso y aquello, me dijeron, no hay problema pero eso yo no lo hago. No me preocupe, me dije, total hay más locas, voy a buscar una más loca que estas locas. Recorrí toda la calle, y ninguna quería hacer eso, quise tentarlas con dinero y no aceptaban. Por suerte mi última opción, era una loca más loca que todas las anteriores. Le digo, quiero hacer esto, eso, y aquello, y no me importa el precio, pon el número que quieras, ella me responde, eso no lo hago por ningún dinero. Entonces, yo le digo, pero que ninguna de ustedes, puede darme, un miserable beso en la boca.
Ella me responde, a lo largo de mi vida, he sufrido infinitas aberraciones, pero jamás he besado a nadie. Le pregunto ¿Por qué? Me responde, porque lo he hecho todo, lo que puedas imaginar, lo único que guardo, es la esperanza, de encontrar el verdadero amor, en tanto infierno, cuando lo encuentre, lo único que puedo darle, de especial, de diferente, es un simple beso. Le pregunto, en que ley, donde esta escrito, que no me puedes dar un beso. Ella responde, ninguna de las que estamos aquí, van a darte un beso de voluntad, ni en las generaciones pasadas, ni en las venideras, ni siquiera las prostitutas de los romanos, y eso que los romanos eran crueles, no pudieron sacarle un beso a una prostituta, ¿porque deseas, tanto un beso? Preguntó.
Le respondí, mañana tengo que estar con un amigo economista, que es orgulloso y soberbio, como todos los economistas. Él cree que el mundo esta lleno de reglas, y hoy tú, le estas dando la razón. Pues por lo que dices hasta las prostitutas, saben lo que no van a negociar. He perdido, al mundo le rigen las reglas, en economía se llaman instituciones y es simplemente, eso que no se toca.
Así es, buen amigo, ayer éramos estudiantes hoy somos profesionales. Si en los 90 hubiésemos sabido que hoy cosas que no se negocian, hubiésemos empezado por no negociar la dignidad del hombre. Hubiésemos entendido, mucho mejor, las rigideces del mercado y nos hubiéramos esforzado, aun más, para que todos, absolutamente todos no cayéramos en la desesperación, de no poder llevar el pan a casa, con el sudor de nuestra frente. Fue cruel como miles de personas, perdieron la dignidad, por un error en el cálculo, por negociar con aquello que no se debe.
Si en este nuevo milenio, si hubiésemos sabido, que hay cosas que no se negocian, hubiésemos empezado, por no negociar, el orgullo, el amor propio. Pero no, votamos a una presidente, que cedió el cargo a su esposo. Que el sector externo le regalo los mejores precios por sus productos, como no hemos visto en el pasado. Y que lo que hizo, le dimos un país, granero del mundo, exportador de carne, y cual primogénito único, se ha dedicado a dilapidar la fortuna, hoy no somos granero de nadie, y con tristeza veo en una revista, los motivos por los cuales, seriamos importadores de carne. Soy de la escuela liberal, me importa el crecimiento, y mucho, pero jamás he escrito o he leído que el crecimiento tenga que importar más que la caridad o que la solidaridad, o la paz social.
Sin embargo, de la otra escuela, he leído, he escuchado, que todo es negociable. Que porque los eligieron, tenemos que soportarlos. No estamos así, por seguir políticas neoliberales, estamos así, porque los políticos, nos enseñaron que todo se puede y se debe negociar. Vayamos entendiendo, hay cosas que no se negocian, si me pregunta ¿Por qué? La verdad no se, simplemente no se negocian. De igual forma, hay peleas que se pelean y no se pregunta porque, no se mira el trofeo, no se cuenta cuanto hay en la bolsa, simplemente se levanta el guante y se pelea. Sino lo entiende, observe a una madre, cuando tocan a su hijo. De nuevo, estamos jugando con la dignidad, y eso no se toca, ni en la izquierda, ni en la derecha, ni en el centro.
PD: si hasta una prostituta, en el bajo mundo, tiene una institución, con mayor razón el estado, que persigue el bien común, debe tener eso que simplemente no se toca, eso que llamamos política de estado. No podemos seguir pensando que todo es negociable, sino lejos de tener un mundo mejor, estamos acercándonos al bajo mundo, con gran fuerza para adentrarnos, al muy pero muy bajo mundo. Demostrando que siempre, podemos caer más bajo.
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