miércoles, 28 de abril de 2010

Cuantas Noches de Pasión Perdida

Mendoza, 23 de Abril del 2.010


Cuantas Noches, de Pasión Vencida, Te Soñé Perdida

(Lic. Solano Mosquez, economista)


Hay muchas cosas en la vida, con las que realmente jugamos al borde del filo, en muchos casos, consientes, en otros inconscientemente, y estas son verdaderamente preocupantes. La pregunta es ¿Estás, o no estás, enfermo? Si su respuesta es, un poquito, tenemos un problema, los chicos no entendieron la consigna. Vamos de nuevo, ¿Estás, o no estás, enfermo? No. Bueno no desperdicies tu tiempo conmigo, y disfruta de tú salud. Pero me duele. Vamos de nuevo, ¿Estás, o no estás, enfermo? Si, indefectiblemente me siento mal. Bueno, contame de ese dolor, ¿Suena a punzada? ¿Es como un pinchazo? ¿Se parece a un golpeteo, más bien aislado?
En economía, aquellos alumnos que hemos sido estúpidos, entendemos que hay inflación, cuando los precios suben, vamos de nuevo ¿Tenemos inflación en nuestra economía? Lo que hay en la economía, es un reacomodamiento de precios. Tenemos un problema, vamos de nuevo ¿Tenemos inflación? Si su repuesta es, la inflación no la hace el INDEC, la hacen los empresarios, que como está escrito en el libro de la vida, tienen que ser generosos, no deben ser tentados por el dinero, y como está visto no lo están cumpliendo.
Me parece que no entendemos la consigna, vamos de nuevo, chicos el manual dice, que cuando los precios suben, hay inflación ¿Les parece que hay inflación, en nuestra economía? No profesor, lo que tenemos es un gran crecimiento en la economía, mientras el mundo sigue a la deriva, nosotros tenemos una gran demanda, lo que sucede, es que los empresarios, no quieren producir, les ha ido también en los años anteriores, que ya no quieren producir, no quieren ganar más dinero.
Chicos, escuchen la pregunta, si los precios suben, en la economía hay inflación ¿Tenemos inflación? Bueno, hay un poquito, lo que sucede que estos economistas mal intencionados, neoliberales todos, predicadores del mal, quieren que a este gobierno les vaya mal.
XX: Chicosssss, si los precios suben, hay inflación, ¿Hay inflación?
NN: Si profesor.
XX: Gracias, chicos, en la vida hay muchos matices grises, cuando sean grandes, muchas veces, van a tener que comerse sus ideales, para conseguir algo que necesitan, que se supone es mejor. Pero chicos, comerse los ideales, no significa olvidarlos, tampoco significa defenderlos, sin ponerlos a prueba, es muy valedero, reconocer que se estaba equivocado, barajar y dar de nuevo. Los grises existen, pero primero necesitamos saber a dónde estamos parados, o es blanco, o es negro, después charlamos el gris. Tenemos o no tenemos inflación, la teoría dice, que si los precios suben, tenemos inflación, no hace falta más, después discutimos, donde se originó el proceso, cuales son las alternativas, para solucionar este problema, si es un problema.
Antes de seguir, sé que todavía son chicos, pero cuando sean grandes, van a estudiar la teoría de Walter. Walter, era un economista contemporáneo, bastante malo para la época, para nada humilde, como todo los economistas, su teoría dice, “el hombre, nunca tienen la mujer que quiere, tiene la mujer que puede pagar”. Que quiere decir con esto, todavía no conocemos el empresario que se haya cansado de ganar dinero y no quiera producir, como no conocemos el hombre, que no quiera tener otra mujer. Chicos, plata y mujeres van de la misma mano, cuando tengan una, van a querer otra, y otra más. La única razón, por la que le digo que no, a un trabajo, a un negocio, a una mujer, es por una sencilla razón, y es que no me conviene.
Chicos, en economía, no existe un modelo único, no se es keynesiano, o se es clásico, esto no es medicina, donde me fijo si tiene los ojos saltones, más de 40 de fiebre, y le digo tome una pastilla roja. No puedo dormir a una sociedad. No hay respuesta para esa decisión. Los modelos, sobreviven en una realidad, construida por la sociedad, estos, son como piedras, uno puede tomar 5 piedras, de igual tamaño, de igual peso, de igual consistencia, de iguales características. Podemos someterlas, a la misma presión, una puede estallar en mil pedazos, otra mantenerse firme, otra puede sufrir golpes, pero en esencia entera, otra puede dividirse en partes iguales, y la otra, simplemente perdió una astilla. Así son los hombres, por ende las familias, en consecuencia la sociedad.
Podemos tener un buen estudio, un excelente diagnostico, una maravillosa estimación, un perfecto análisis probabilístico, pero nunca vamos a tener la certeza, de cuando vamos a estallar. Que no tengamos la certeza, de cuando se va a producir ese fenómeno, no quiere decir, que no tengamos la certeza, que dicho fenómeno se va a producir. Que agarremos la maquina, e inyectemos pesos al mercado, no quiere decir, que inmediatamente, el índice de precios se va a mover. Ahora, tenemos la certeza, de que si sigue jugando con la maquina, los precios se van a mover, no sabemos bien cuando. Del mismo modo, es altamente probable, que cuando los precios se muevan, el hecho de tirar la maquina, no le garantiza, que los precios se frenen. Pensemos en la convertibilidad (1991), fijamos el tipo de cambio, establecimos las reglas de juego del Banco Central, sin embargo, los precios, siguieron en alza, por un tiempo, lo que fue un punto de partida, para discutir el atraso cambiario.
¿De qué depende, el comportamiento? Básicamente, de cuál de las 5 piedras estamos enfrentando. Sí inyecto pesos al mercado, el individuo los atesora, presumiendo que el resto de las variables, se mantienen relativamente estables, no tendría que pasar nada. Pues no va a generar ninguna presión, ni sobre los bienes, ni los servicios, ni sobre las monedas. Sin embargo, si siente miedo, si siente desconfianza, va a salir a presionar, comprando bienes, cambiando monedas. Tenemos la certeza, que esto va a suceder, la pregunta pasa, por si lo hace hoy, o mañana. La historia pasa, por apostarle, a que va a pasar mañana, la cuestión pasa, por pensar, que es lo que voy a hacer, para que entre hoy y mañana, cambie la historia.
Esta es un vieja discusión, entre las escuelas económicas, keynes dice, que en el largo plazo, todos estamos muertos, pero cuando es el largo plazo, 10, 20, 30, 40 años, mañana, hoy, en un segundo. Muchos economistas, toman posición segura, y pronostican que voy a morir. Eso es todo, menos un pronóstico. El punto pasa por lo que vamos a hacer, hace 7 años, dijimos, que íbamos a tener un problema con la inflación, y no hicimos nada. Los economistas, si quieres ortodoxos, no fueron pesimistas, fueron realistas, los otros, si quieres, heterodoxos, fueron optimistas, pensaron que lo podían manejar. Nuestro modelo puede ser perfecto, pero ese no es el punto, el punto, es que tiene que sobrevivir. La política económica, de los últimos 200 años, dice, que no ha logrado sobrevivir.
No termina aquí, las piedras argentinas, tienen algo interesante, paradójico, y por momentos perverso. Nuestra vocación por el dinero, dulce, fácil y rápido. Para nosotros, el mercado, es expectativa y confianza. Mientras exista eso, hay un mercado, en consecuencia podemos apostar, tenemos crédito, cintura, y sobre todo tiempo, para cambiar la historia. Si no tenemos eso, no tenemos nada. El punto pasa, porque la confianza, para nosotros, es algo que se siente o no se siente. Esto no pasa en la argentina, en esta tierra, pareciera que esa confianza se la puede comprar. Antes que se lanzaran los BONEX, nuestro país, pasaba por serios problemas de liquidez, te ofrecían intereses siderales, por tener un plazo fijo, por operaciones, que eran de un fin de semana.
El tipo (estado argentino) no podía pagar, no iba a pagar, no había forma de hacerlo. Sin embargo, la promesa de un dinero fácil, llevó a que miles de ahorristas, entraran en este juego. Claro, luego los depósitos fueron confiscados. El actual modelo, fue similar, solo aplicado a un mega ajuste, en el sector real de la economía. Esto es muy grave, especialmente, en el sector público, por eso la caja importa, y mucho. Necesitamos dinero, para comprar. A veces lo necesitamos, para comprar, algo que no se puede comprar, como el tiempo. A veces lo necesitamos, para comprar, algo muy efímero, como la confianza. Son estos errores conceptuales, los que golpean el horizonte de la política económica, no se puede comprar, lo que no se puede vender.
Uno de los puntos, que ha hecho que la economía Argentina, gire en torno a un círculo, son estos errores conceptuales. Dijimos que hay cosas en la vida, que no se pueden comprar, como el tiempo, ese capital, el único del cual disponemos libremente. La confianza, se siente o no se siente, si no se siente, se acabo el juego. Cuando el norte, se caía a pedazos, y algunos “del primer mundo”, enterraban al dólar, millones de personas en el mundo, decidieron apostarle, al caballo que venía al último ¿Por qué, alguien le apuesta al caballo perdedor? Porque simplemente, confía en él, mira la historia, y confía en él. Mientras algunos soñadores, que muestran su tasa de crecimiento, sus reservas internacionales, su volumen de exportaciones, no le alcanzó, ni le alcanza, para revertir las apuestas.
Hace meses que se empezó a ensuciar la cancha, todo empezó porque se supone que tenemos reservas en exceso. Este razonamiento es interesante, y largo de explicar, lo vamos a analizar en futuros artículos, sólo vamos a decir, que me puede jurar, que tiene 50 mil millones dólares, en el banco, que no los tiene. Me puede decir, que tiene 100 mil millones de dólares, en el banco. Pero en el momento, en que no pueda pagar por la confianza, se levanta la apuesta. Puedo apostar, que no lo va a poder sostener, no ha podido en toda la historia, porque va a poder ahora. Espero que hayamos entendido, el gobierno, no puede jugar con las reservas, no puede hablarme de excesos de reservas, a nadie le sobra, lo que no tiene, y ellos no tienen mi confianza, ni tampoco mi tiempo, y muchos menos mi paciencia. Que llore, zapatee y grite, esto es economía, y somos economistas, y funciona así, tengo miedo, me quedo quieto, espero y veo.
¿Qué tan racionales somos? Simple, no le apuesto al caballo perdedor, es que no tengo interés, en apostarle, al que cree, que va ganando.
Así es mi Argentina, alguien escribía, Brasil, Argentina, se diferencian en esto, ellos casi tuvieron una guerra civil, casi tuvieron una hiperinflación, siempre casi, sin embargo, nosotros, necesariamente, vemos el precipicio y queremos saltar, y probar lo que se siente. Si supieras, cuantas noches, mi pasión se vio vencida, cuantas noches, te soñé perdida, y de pronto, algo haces, y vuelves a nacer, como toda una mujer, me da tanto miedo, creo que sólo he aprendido, a vivir a tú lado.